CARTA DE UN HIJO
- cpftherapist
- 7 jun 2021
- 2 Min. de lectura
“No me des todo lo que pida. A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo alcanzar. No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo. No des siempre órdenes. Si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto. Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo, pero también si es castigo.
No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana. Si me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir, y si me haces lucir peor que los demás, seré yo quien sufra. No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer; decídete y mantén esa decisión.
Déjame valerme por mí mismo. Si lo haces por mí, yo nunca podré aprender. No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices. Cuando yo hago algo malo, no me exijas que te diga el por qué lo hice”. A veces, ni yo mismo sé. Cuando estás equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti.
Y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también. Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos; ya que porque seamos familia, eso no quiere decir que no podemos ser amigos también. No me digas que haga una cosa y tú no la haces. Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas aunque no lo digas; pero nunca haré lo que digas y no hagas. Cuando te cuente un problema mío, no me digas :”no tengo tiempo para boberías” o “eso no tiene importancia“. Trata de comprenderme y ayudarme. Y quiéreme y dímelo. A mí me gusta oírtelo, aunque tú no creas necesario decírmelo”.
Anónimo




Comentarios