top of page
Buscar

EL HIJO QUE QUEREMOS TENER

  • cpftherapist
  • 7 jun 2021
  • 3 Min. de lectura

Empezamos a gestar nuestro hijo en el alma y en el corazón mucho antes que en el útero. Soñamos el hijo que queremos tener y en nuestra imaginación diseñamos nuestro hijo ideal. Queremos una niñita o preferimos un varón? Qué color será su cabello, su piel, sus ojos. Cómo será su carácter y su personalidad.

Sin embargo, a los nueve meses hace su entrada al mundo el bebé que es, y es importante hacerle lugar a esa personita que impone su presencia. Que es como es y no como quisiéramos que fuera.

Los padres tenemos una influencia muy grande en nuestros hijos. Mucho más allá de nuestras palabras, nuestros hijos captan lo que sentimos. Para poder desarrollarse en todo su potencial, necesitan sobre todas las cosas sentirse aceptados tal y como son por nosotros sus padres.

Si somos intelectuales y nos salió un deportista, si somos musicales y nos salió una académica, si queríamos una niñita y nació un varón o viceversa. Si tenemos un bebé temperamental y difícil, y nos imaginamos un bebé plácido, es importante aceptar la diferencia entre el hijo soñado y el hijo real y crear una relación amorosa con el hijo que es y no con el que quisiéramos tener.

Solamente aceptando a nuestro hijo lo ayudaremos a tener una autoestima saludable. Queriendo al hijo que tenemos, le enseñaremos a quererse a sí mismo. Le enseñaremos a lidiar con la realidad y a enfrentarla, a superar las desilusiones, y lo más importante: a ser felíz consigo mismo.

Mientras más nos empeñemos en cambiar a nuestro hijo, más estaremos colaborando a hacerlo infeliz y a crear unar relación tensa, poblada de conflictos.

La mejor manera de enseñar a nuestros hijos es con el ejemplo.

Queremos hijos responsables, somos responsables nosotros?

Queremos hijos ordenados, y sin embargo, nuestro escritorio es un revoltijo.

Queremos hijos que piensen, pero a la vez, exigimos obediencia sin cuestionamiento…

En una casa donde se lee, los niños tarde o temprano, adquirirán el valor de la lectura. En una casa donde se come ensalada, con el tiempo, los niños aprenderán a comerla; los reclamos o amenazas no hacen falta.

Los padres a veces nos angustiamos si nuestro hijo no saca puras A en el colegio, o no es el más popular de la clase.

La experiencia muestra que, sin desmerecer el estudio, las lumbreras del colegio no necesariamente son las personas que triunfan en la vida. El grupito de los populares, no necesariamente son los que crecen para ser más felices y más aceptados o queridos en la sociedad.

Muchas de estas preocupaciones que tenemos los padres, y que no nos dejan poner las cosas en su justa perspectiva, tienen más que ver con experiencias propias vividas cuando niños que dejaron secuela en nosotros y nos hicieron sufrir, y por ello estamos tratando de evitar en nuestros hijos. En ese hacer preocupado, no nos damos cuenta, que esa es nuestra historia, no la de ellos, y no tiene por qué repetirse, a menos que, sin darnos cuenta, la provoquemos de tanto que la queremos evitar.

Si podemos ser ecuánimes, y no dejarnos llevar por las presiones de la sociedad, ocuparnos sin preocuparnos en exceso, si podemos estar allí para nuestros hijo, nutriendo su espíritu, siendo padres y madres cariñosos y presentes física y emocionalmente, poniendo límites protectores cuando es necesario, dejándoles volar cuando están listos, estaremos dándoles lo mejor: la posibilidad de ser ellos mismos, de aceptarse y quererse y de vivir sus vidas plenamente, buscando su felicidad.



Clara P Fleischer.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo
LOS EXTREMOS SE TOCAN

Somos las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los errores de nuestros progenitores. Y en el esfuerzo de...

 
 
 
DISFRUTA DE TUS HIJOS

Sentada en la playa, la imagen de una madre joven y su pequeño hijo me hicieron sonreír. Ella estaba recostada en una tumbona leyendo un...

 
 
 

Comentarios


Post: Blog2_Post
bottom of page