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PROHIBIDO PENSAR (RAT RACE)

  • cpftherapist
  • 7 jun 2021
  • 2 Min. de lectura

Vivimos la vida sin detenernos a pensar que, como dice Ric Elias en su Ted talk, “la vida nos puede cambiar en un instante”. Estamos tan ocupados viviendo el día a día, tan abrumados en lo que tenemos que hacer, que muchas veces nos falta ese espacio para reflexionar, para preguntarnos qué queremos de la vida, cómo queremos vivirla.

Empujados por la inercia que nos impide pensar más allá de nuestras narices, posponemos, -a veces, permanentemente-, el preguntarnos qué es lo esencial para nosotros. Nos olvidamos que nuestro tiempo es finito, nuestro tiempo expira independientemente de cómo lo usemos. Perdemos tantas energías y tiempo atrapados en la rutina del día a día, funcionando en automático, y dejando para un mañana que nunca parece llegar, reflexionar y asegurarnos de que ponemos en primer lugar lo verdaderamente importante para nosotros.

Algunas veces, un incidente nos hace reaccionar, nos mueve tanto el piso, que nos obliga a poner nuestras prioridades en orden. Otras veces, no tenemos tanta suerte y nos sorprende el calendario, se nos acabó el tiempo y perdemos esa oportunidad.

En el mundo agitado y demandante en el que vivimos, donde las exigencias son enormes, donde las fronteras entre lo público y lo privado están desdibujadas, y lo íntimo se lleva a lo público y lo público invade la intimidad de la familia, alienando muchas veces a sus miembros y robándoles sus funciones, quitándole fuerza a los roles de padre y de madre que se ven uzurpados por la media, es difícil no dejarnos llevar por la corriente, es difícil discernir que es lo verdaderamente importante, es difícil detenernos y saborear el camino, oler las flores, pensar y reflexionar si nosotros estamos a cargo del timón de nuestras vidas o si nos estamos dejando llevar por las presiones y el automatismo. Si el rumbo que llevamos nos da satisfacción o si debemos hacer algo por cambiarlo.

Tenemos relaciones emocionales íntimas con aquellos que amamos? Podemos acostarnos de noche y dormir porque, sin importar qué pasó hoy, estamos haciendo todo lo que sentimos que es correcto para nosotros y para los nuestros? Están en armonía nuestro pensamiento, nuestra moral y nuestros sentimientos? Si es así, entonces tenemos paz porque sabemos que estamos haciendo todo lo posible para vivir y enseñar a nuestros hijos, a vivir una vida plena, completa y felíz. Si por el contrario, nuestra respuesta es no, dejemos de posponer lo que es verdaderamente importante y ocupémonos de ello. No vaya a ser que perdamos el tren de la oportunidad.



Clara P Fleischer.



 
 
 

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